domingo, 11 de octubre de 2009

MARCOS 10:17-30

En este Domingo del Señor donde su Palabra toca nuestro corazón se nos comunica un llamado más profundo, diremos vocacional, que exige el vender lo que tenemos y darle al que necesita y así seguirlo. ¿Cuál será nuestra posición?, ¿Sólo idéntico al evangelio en su inicio?, como aquel hombre que corriendo lo busco, al saber que el Maestro Bueno partía a otra misión de llevar la Buena Nueva, y donde la conversación estuvo llena de coincidencias, similares a muchos de nosotros que convergemos en los mismos valores cristianos, sean estos espirituales o morales; pero en un segundo momento, después de aseverar las buenas prácticas, y que Jesús valora, llega la exigencia a la cual muchos no estamos ni preparados, ni convencidos.

Como resultado de aquella plática sobre los mandamientos y su vivencia, estará "seguir a Jesús", ¿No lo estamos siguiendo, cuando ponemos en práctica los mandamientos? sí, sin lugar a dudas, pero el ritmo de la exigencia en amor cristiano crece, no tiene un límite, tampoco esta en un corset de palabras normáticas. Es amor y entrega, un seguimiento que Jesús proclama en éste evangelio como una Vocación y que él próximo domingo encontrará su entendimiento: La Cruz.

La actitud de pesimismo de los apóstoles, encuentra una respuesta inmediata en una frase de Jesús: "para Dios todo es posible", palabras de esperanza y de una gran "fe" de Jesús en el Hombre. Recuerdo cuando alguna una persona dijo con certeza y orgullo: "Que el hombre ya no cree en Dios", y tuvo la atinada respuesta de otro, que parafraseando el título del libro del arzobispo español Justo Mullor Garcia, dijo: "Que Dios, cree en el Hombre"

Con Cariño PADRE JORGE