martes, 24 de noviembre de 2009

ACOMPAÑANDO AL AMIGO QUE DIOS LLAMÓ. PADRE CARLOS


Con una pequeña delegación de alumnas de nuestro colegio, pero con un gran cariño y agradecimiento acompañamos al amigo que Dios llamó a su encuentro total.

Nos referimos al Padre Carlos, párroco de la parroquia de Jesús Vida y Paz.

De él podriamos decir muchas cosas, pero señalaremos, junto con su amor a Dios desde su sacerdocio, dos valores: El amor al prójimo, de manera preferencial como misionero en los pobres, sentimiento coherente desde su juventud, cuando llegó hace más de cuarenta años a nuestro país como miembro del Instituto Español Misionero para América (I.E.M.A.),

Y recalcamos su respetuoso lenguaje ecuménico que siempre cultivó, especialmente con nosotros.

Estuvimos allí presentes para dar gracias Dios por éste hombre justo. Nosotros mismos fuimos beneficiados de su fraternidad cristiana; cuando algunas personas de la parroquia iban a comunicarle, con adjetivos altisonantes sobre nuestra familia anglicana, él los corregia con amor de padre y les señalaba la validez de nuestro accionar pastoral.

Tuvo la amabilidad de invitarnos a conversar y hacer comunidad, como mencione en su velorio delante de toda la comunidad parroquial, aquella vez que me senté a dialogar con él y el Padre Antonio con una naturalidad y gozo en el Señor, pudimos sentir un "pedacito del cielo" por la unidad en el Señor que experimentamos en esa oportunidad.

Pidiendo el permiso respectivo, al ahora párroco interino, Padre Antonio, nos unimos en oración publica junto a todos los fieles de la parroquia que lloraban con amor de hijos al Padre que era llámado por el PADRE de todos. Trasmitimos a todos los presentes el agradecimiento de nuestro Obispo Diocesano Mons. William Godfrey y la unidad en la oración.