Una de las bondades que tiene el distrito de San Juan de Lurigancho, donde se encuentra nuestro colegio, es la luminosidad del sol que durante todo el año nos brinda un clima seco y propicio para sobrellevar toda enfermedad respiratoria. Pero al mismo tiempo, se vuelve muchas veces "insoportable" su brillo que levanta la temperatura y reta a todo acto pedagógico en el patio de la institución educativa.
Gracias a los "recursos propios" hemos logrado extender una malla que nos protejerá del poder de los rayos solares, y tejiendo el toldo hemos logrado ganar un espacio, que servirá de nuestro comedor diario, para compartir los alimentos y elevar nuestas oraciones de agradecimiento.
No se han escatimado esfuerzos para que el ambiente del comedor sea el mejor, no sólo acogedor, sino limpio y de buena medida.
Esperamos que el esfuerzo sea bienvenido para todos, especialmente en beneficio de nuestros niños, rogamos que el viento no someta al toldo a situaciones incontenibles, y pueda durar en la protección y belleza.