Gracias a los "recursos propios" hemos logrado extender una malla que nos protejerá del poder de los rayos solares, y tejiendo el toldo hemos logrado ganar un espacio, que servirá de nuestro comedor diario, para compartir los alimentos y elevar nuestas oraciones de agradecimiento.
No se han escatimado esfuerzos para que el ambiente del comedor sea el mejor, no sólo acogedor, sino limpio y de buena medida.
Esperamos que el esfuerzo sea bienvenido para todos, especialmente en beneficio de nuestros niños, rogamos que el viento no someta al toldo a situaciones incontenibles, y pueda durar en la protección y belleza.